Muchas de las razones por las que hoy en día los pacientes visitan al dentista están relacionadas con el reemplazo de una o varias piezas dentales perdidas. Lo cual se soluciona gracias a la existencia de los implantes dentales. Aun así, las consecuencias al quitar un implante son un punto importante antes de considerar colocarlos.
La aparición de los implantes dentales está revolucionando por completo la odontología, permitiendo estructuras orales y con el avance tecnológico se ha convertido en un tratamiento fácil y aceptado.
Ahora bien, es con las malas prácticas y tratamiento no profesional que surgen problemas en los que la única solución es quitar el implante.
Consecuencias al quitar un implante
Si el profesional no tiene los conocimientos adecuados y hace una mala planificación, puede que los implantes queden en una inadecuada posición. De allí surgen resultados estéticos pobres o de mal pronóstico, en estos casos se aconseja quitar el implante.
Algunas de las consecuencias del proceso de extracción de implantes fallido son:
- Periimplantitis: Comienza como una bacteria que se forma en las encías alrededor del implante. En muchos sentidos, es similar a la enfermedad de las encías en el sentido de que provoca daños en las encías y los dientes que las rodean.
- Implantes dentales sueltos: La movilidad de los implantes dentales tiene varias causas. Así, los implantes dentales pueden desprenderse si están mal colocados o si el implante deja de adherirse a su hueso circundante.
- Daños en los nervios: Este hecho puede resultar extremadamente doloroso y precisa de la atención inmediata de un dentista o cirujano bucal.
- Problemas de sinusitis: La colocación de implantes dentales en el maxilar superior supone una amenaza de problemas en la zona nasal.
- Sangrado: Es posible que el implante provoque una hemorragia crónica. Si la hemorragia no se detiene, podría causar desde malestar estomacal hasta anemia.