La salud bucodental depende sobre todo del conjunto de acciones higiénicas que debemos poner en práctica diariamente. Sin embargo, la higiene dental, que tiene un sentido evidentemente proactivo, no es suficiente. Aunque no se suela poner tanto énfasis en estas indicaciones, la eliminación de los malos hábitos también es fundamental para el cuidado de los dientes. Por eso, a continuación, vamos a incidir, más que en las pautas activas de higiene dental que debemos impulsar, en la corrección de los hábitos perjudiciales que tenemos que perseguir. Toma nota de ellos.
Estos son los malos hábitos que afectan a la boca
En primer lugar, recuerda que no basta, para cuidar de tu boca, con aplicar unas pautas higiénicas como cepillarse los dientes tres veces al día, hacer uso del flúor y emplear las cintas y sedas dentales. También tienes que evitar ciertos comportamientos que no te van a venir bien. Apunta los siguientes y acuérdate de corregirlos.
1. No muerdas los objetos
Sobre todo los de gran dureza, como algunos envases que numerosas personas gustan de abrir con los dientes. Pero, tampoco te conviene morderte las uñas, que es un vicio muy antiestético. No te acostumbres, por ejemplo, a cortar el celo con los dientes o cascar frutos secos con las palas. Si llevas a cabo estas acciones, se producirán roturas y desgastes en tus piezas dentales.
2. No te pases con las bebidas carbonatadas
Aunque sean muy sabrosas y refrescantes, has de tener en cuenta que contienen altos porcentajes de azúcar y ácidos como el cítrico, fosfórico, carbónico y tartárico. Si abusas de estas bebidas (en especial cuando eres joven), desgastarás el esmalte, que es la capa protectora de tus dientes. Su desaparición deja al descubierto la dentina, lo que provocará la molesta sensibilidad dental.
3. No tomes té o café en demasía
Estas bebidas, aparte de que también son perjudiciales para el esmalte, hacen que tus dientes cojan una tonalidad amarillenta, dado que sus componentes de coloración influyen notablemente en el perjuicio de la estética de tu sonrisa.
4. No te cepilles los dientes justo después de las comidas
Hazlo cuando haya pasado media hora desde que diste el último bocado. Hasta entonces, la saliva no habrá propiciado el efecto tendente a reducir la acidez causada por los alimentos. Por lo tanto, si te cepillas los dientes nada más acabar de comer, dispersaremos por toda la boca los ácidos de la comida, lo que contribuirá a disminuir todavía más el pH de tu boca.
5. No sobreutilices el cepillo
Finalmente, recuerda que no tienes que escatimar en cepillos. Nos referimos a que no uses el mismo durante demasiado tiempo. Por ejemplo, a lo largo de más de tres meses. Cuando las cerdas se deterioran, pierden una parte importante de su efectividad a la hora de combatir la placa dental. Su desgaste se combinará con una concentración de bacterias que en nada favorece la higiene dental.
En definitiva, no solo has de ser proactivo con la higiene dental, sino también restrictivo con las malas prácticas que la perjudican. Si tienes dudas, consulta a nuestro odontólogo de confianza.