Con seguridad, la palabra “flemón dental” la has escuchado para referirte a algún dolor dental, por eso es importante, al ser común, conocer por qué se produce y cómo tratarlo. En la Clínica Dental Susana Ocio llevamos mucho tiempo encontrándonos con este problema y tenemos procedimientos muy concretos para solventar esta situación.

El flemón dental aparece, generalmente, cerca de un diente, muela o encía por una infección bacteriana en la zona. Esta infección provoca que aparezca una bolsa que contiene pus en el interior de la boca, es lo que realmente se llama flemón. 

La primera cosa por la que te puedes dar cuenta de que tienes un flemón dental, es una pequeña deformación en la cara en la zona afectada debido a la inflamación. Adicionalmente, en función del nivel de infección avanzado, pueden aparecer más síntomas como inflamación y sensibilidad.

Flemón dental

¿Por qué sale un flemón dental?

Las razones que provocan esa infección son diversas, y si bien existen algunas más frecuentes, conviene acudir a un especialista para que determine las verdaderas causas, estas son algunas de los más frecuentes: 

  • Caries sin tratar: En el momento en que se tiene una carie, se desconoce y, por tanto, no se trata, el flemón puede producirse en el momento en que la caries ha evolucionado y la infección alcanza el nervio.
  • Lesiones en el diente: Cuando el diente está roto y este también está infectado, es necesario intervenir para que no se forme un flemón, ya que sería la consecuencia del golpe.
  • Enfermedad periodontal: En los pacientes que tienen enfermedades periodontales es habitual que se formen flemones. Aquí, al estar las encías infectadas, se produce el flemón en la propia encía, lo que provoca una sensación de dolor en la misma.

¿Cómo se cura un flemón dental?

Para el tratamiento sobre esta infección lo más recomendable es acudir a un especialista que detecte el inicio del problema, para así poder tratarlo de raíz. Además, el flemón puede prevenirse teniendo una dieta balanceada y una buena higiene dental. Se debe tener una higiene diaria y cuidadosa, especialmente después de las ingestas. Además de un buen cepillado, es recomendable utilizar enjuagues bucales e hilo dental.